Pertenece a la familia Aromática Amaderada, y desde la primera gota se siente como un paseo por un bosque elegante, donde el frescor y la profundidad se encuentran en perfecta armonía.
Las Notas de Salida despiertan con fuerza luminosa: la bergamota vibrante, el pomelo ácido y jugoso, y el toque verde y seco del enebro, como un suspiro limpio que atraviesa el aire de la mañana.
En su corazón, la fragancia late con carácter y suavidad: la lavanda aporta calma, la salvia eleva con su frescura herbal, y el geranio equilibra con su elegancia floral masculina.
Un centro aromático que envuelve y conquista.
Al final, llega la profundidad: el pachulí terroso y sensual, el cedro firme como una caricia contenida, y el vetiver, sutil y misterioso, dejando una estela sobria, inolvidable.
Una composición pensada para el hombre que es raíz y viento, fuerza y pausa, presencia sin estruendo.
Un perfume que no se impone… se recuerda.