Desde el primer instante, la fragancia despierta con la frescura luminosa de los cítricos y el toque radiante de la azucena.
En el corazón, la azucena florece en todo su esplendor: pura, seductora, envolvente.
Y al final… una caricia verde y aterciopelada permanece sobre la piel, donde la azucena verde se funde con notas vegetales, dejando una estela natural, sensual e inesperadamente adictiva.